El Té Negro
En los tés negros, la oxidación es completa. La leyenda cuenta que en el siglo XVII, una carga de té procedente de China llegó a Londres después de un viaje especialmente largo. Durante la navegación, las cajas se llenaron de moho, por lo que el té verde que contenían se volvió negro. Poco conocedores, a los ingleses les agradó mucho este té y pronto pidieron lo mismo de nuevo a los chinos.
Ceylan BOP
Marchitamiento
Este primer proceso tiene por objeto dar una consistencia flexible a la hoja para enrollarla posteriormente. La hoja fresca pierde así 50% de su contenido higrométrico. La cosecha se esparce en forma uniforme sobre mesas de secado con zarzos sobrepuestos en intervalos entre 12 y 18 cm, dentro de una sala donde la temperatura se mantiene entre 20 y 24 C° y el aire circula con ayuda de ventiladores. Esta operación dura entre 18 y 32 horas.
Enrollado
El enrollado del té negro es distinto del procedimiento para el té verde: el objetivo no es dar forma a la hoja, sino fracturar las células con el fin de promover las reacciones enzimáticas para la oxidación. Las hojas enrolladas ligeramente producirán un té suave, en tanto que hojas enrolladas apretadamente producirán un té más intenso. El enrollado se puede realizar en forma manual o mecánica.
Oxidación
Las hojas son enviadas a la sala de oxidación. Dentro de estas salas, la humedad es de 90% a 95% y la temperatura se conserva entre 20C° y 22C°; el sitio debe estar bien ventilado, sin por ello tener corrientes de aire. Las hojas son esparcidas en capas de 4 a 6 cm de espesor. El tiempo de oxidación varía entre una y tres horas, según la calidad de las hojas, la temporada, la región particular y la intensidad de color deseada.
Tostado
La temperatura del té debe elevarse lo más rápidamente posible con el fin de detener la oxidación. El tostado se realiza generalmente dentro de grandes secadores cilíndricos, calentando las hojas a una temperatura promedio de 90°C, durante 15 a 20 minutos.
La Selección
Hojas quebradas
Hojas enteras
La hoja quebrada se obtiene ya sea naturalmente durante la manipulación, o en forma artificial, cuando las hojas son cortadas por una máquina. Las hojas enteras se clasifican conforme a la calidad de la cosecha.
Tés Ahumados
Los tés ahumados son tés negros. La historia en China sitúa su aparición cerca de 1820 en la región de Fujian. El productor de una plantación requisada por el ejército chino, bajo órdenes de liberar el secadero, se encontró con un volumen considerable de hojas todavía húmedas, que se perderían si no las secaba rápidamente. Encendió una fogata con raíces de pícea y colocó las hojas encima. Éstas se secaron en poco tiempo, a la vez que adquirieron un gusto ahumado muy particular. Pocos días después un comprador extranjero de visita descubrió este lote de té con el que nadie sabía qué hacer. Le sedujo su perfume y lo llevó consigo a Europa, en donde encontró un gran éxito.
Hoy día, se procede de la misma forma para elaborar el té ahumado: después del enrollado, las hojas se tuestan ligeramente sobre una plancha de hierro caliente y se colocan en secaderos de bambú sobre una fogata de raíces de pícea. El tiempo de la operación varía en función del grado ahumado que se desea obtener. Los tés ahumados siguen siendo una especialidad de la provincia de Fujian junto con varios tés de la región, que son igualmente elaborados en Taiwán.
Lapsang Soushong