Los tés Oolong son una especialidad de la provincia de Fujian en China y de Taiwán. Existen dos categorías generales de té Oolong: tés de oxidación ligera (oxidación de 10%-15%), preparados según el método conocido como ‘chino’; y otros con una oxidación mucho más considerable (60%-70%), procesados con un método que se desarrolló más precisamente en Taiwán.

En la realidad, la preparación de los distintos tés semi-oxidados es clasificada en forma mucho menos rígida, ya que cada plantación tiene sus propias recetas y produce tés con grados de oxidación muy distintos de estas dos categorías.

Marchitamiento

Se deja las hojas marchitar al sol por algunas horas, para después enfriarlas a la sombra. Así comienza el proceso de oxidación.

Sudoración

Ésta es la etapa más importante en la preparación de los tés semi-oxidados. En una sala que se mantiene a una misma temperatura entre  22°C y 25°c y una tasa de humedad cercana a 85%, las hojas son mezcladas constantemente bajo una presión creciente. Esto  permite el desarrollo de los aromas y facilita la evaporación del agua. De la duración de esta operación dependerá el grado de oxidación final: con el método chino, la sudoración se suspende cuando las hojas han desarrollado una oxidación de 10% a 12%, la cual produce tés ligeros con sabor vegetal; el llamado método de Taiwán emplea a una sudoración más prolongada que permite alcanzar una oxidación de hasta 70%,  la cual produce tés más oscuros y afrutados.

Tostado

Una vez alcanzado el grado de oxidación deseado, el tostado permite detener la reacción enzimática que lo produce. Esta operación es similar a la que se practica sobre el té verde.

Enrollado

De la misma forma que con el té verde, el enrollado da su forma a la hoja de té. Con frecuencia se encuentran piezas muy grandes, con la hoja simplemente arrugada o en ocasiones enrollada en forma de perlas gruesas, como es el caso del Tung Ting.