Ecología

 

La planta de té se cultiva en regiones tropicales y subtropicales entre el grado 42 norte de latitud y el grado 31 sur, donde halla calor y humedad con lluvias regulares, con preferencia por lluvias a lo largo de todo el año. Los principales países de su cultivo son:

 

En Asia: Bangladesh, China, India, Indonesia, Japón, Malasia, Nepal, Sri Lanka, Taiwán y Vietnam.

 

En África: Camerún, la isla de Mauricio, Kenya, Rwanda y Zimbabwe.

 

En América: Argentina y Brasil.

 

A las orillas el Mar Negro y Caspio: Georgia. Irán y Turquía.

Las diferentes condiciones de cultivo (la zona. la altitud y el clima), así como el proceso de elaboración, determinan el volumen, la calidad de la cosecha. el carácter y el sabor de las distintas variedades de té. La temperatura media óptima se encuentra entre 18 y 28°C, con pocas variaciones durante el día. Un clima demasiado húmedo produce una calidad inferior, en tanto que una temporada seca produce cosechas de mayor calidad. La calidad así mismo aumenta con la altura. en detrimento del rendimiento. El té se cultiva en regiones tropicales desde el nivel del mar hasta 2.500 metros de altura.

 

De igual forma, la luz es muy importante. ya que es necesaria para la formación de los aceites esenciales que dan su aroma a la infusión. La luz debe ser filtrada, de preferencia y es por esto que en las plantaciones se encuentran con frecuencia árboles grandes, plantados en intervalos regulares, los cuales contribuyen al equilibrio ecológico del suelo, ademas de tamizar los rayos de sol.

 

La tierra debe ser permeable, blanda y la capa arable profunda, ya que las raíces del arbusto penetran hasta 6 metros. La capa arable debe tener al menos 1.5 m de profundidad. El mejor suelo es el joven y volcánico, permeable y rico en humus, sin ser básico ni arcilloso. El cultivo del té se realiza siempre sobre un terreno inclinado con drenaje natural, ya que a diferencia del arroz. el té no soporta el agua estancada. Este requisito también ofrece una ventaja: con su gran resistencia. la planta de té puede cultivarse en condiciones de pendientes extremas y se adapta perfectamente a los relieves montañosos más escarpados.