Los Alcaloides

Desde su aparición en Asia, el té ha sido considerado un alimento benéfico para el organismo. Las referencias más antiguas a disposición de los historiadores distinguen ya sus propiedades medicinales: el té se empleaba en forma de cataplasma para combatir el reumatismo. En cierta forma, todas las leyendas del té ilustran las propiedades estimulantes y tonificantes del té, ya sean chinas, indias o japonesas. El emperador Shen Nong, padre de la medicina y de la agricultura chinas, afirma en su Tratado de Botánica que “el té alivia el cansancio, fortalece la voluntad, deleita el alma y reanima la vista”.

 

Fue hasta el siglo XX que la ciencia médica permite comprender los numerosos beneficios que los bebedores de té disfrutan empíricamente desde hace más de 2000 años.

El té contiene tres alcaloides: la cafeína, la teofilina y la teobromina.

 

Éstas son sustancias orgánicas que se encuentran en diferentes proporciones en todos los tipos de té.

 

La cafeína

 

El alcaloide principal en el té, representa 2% a 3% de la hoja seca. Es necesario observar que la cafeína y la teína son una sola y la misma molécula, encontrándose ésta en mayor proporción en el café que en el té.  - 20 a 70 mg / 170 ml para el té, en comparación con 115 mg/170 ml en el café.

 

La cantidad de cafeína en un té depende tanto de la hoja utilizada – el brote y la primera hoja contienen el doble de cafeína que el Souchong – como de la temporada de la cosecha. Asimismo, las variaciones climáticas afectan la madurez de la hoja.

 

Por tanto, algunos tés son entonces más ricos en cafeína, como los tés de primavera y las cosechas abundantes en yemas; en tanto que otros tés son bajos en teína o virtualmente carecen de ella, como los tés ahumados y los Oolong.

 

La cafeína es un poderoso estimulante del sistema nervioso. Al contrario de la cafeína en el café, la cafeína en el té se libera lentamente en el organismo. Esto nos permite permanecer despiertos y concentrados sin estar excitados durante más tiempo que con el café, convirtiendo al té en la bebida ideal para actividades tanto intelectuales como físicas.

 

No por accidente el té es la bebida predilecta de los monjes budistas para la meditación, ya que estimula la mente.

 

El efecto estimulante del té puede provocar en personas sensibles una ligera tendencia al insomnio; sin embargo, “desteínar” el té sin alterar su sabor es muy sencillo: ya que la cafeína en el té es un componente que se libera durante los primeros segundos de infusión, sólo necesita aclarar primero las hojas con agua a punto de hervir, y desecharla pasados 30 segundos.

 

La teofilina

 

Esta sustancia está presente en el té en proporción mucho menor que la cafeína.

 

Su efecto es esencialmente vasodilatador, es decir, dilata venas y arterias coronarias, mejorando por tanto la circulación.

 

Esto es en parte en la razón por la que el té, ya sea caliente o helado, es una bebida refrescante: la vasodilatación es una de las funciones que contribuyen a la regulación térmica de nuestro cuerpo. La teofilina también estimula la respiración, por lo que es empleada en algunos medicamentos contra el asma. Sin embargo, no puede considerarse al té como un remedio para esta enfermedad, sino como un auxiliar en el mejoramiento de esa condición.

 

La teobromina

 

Presente en cantidad todavía mucho menos importante que las dos sustancias precedentes, este alcaloide tiene una acción poderosamente diurética. Activando la circulación renal, favorece la eliminación por las vías urinarias.

 

Insertar tabla de la composición de las hojas de té.